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La venta del país al imperio Brasileño

In Articulos publicados en Izquierda Punto Info on 29 mayo, 2011 at 13:56

La venta del país al imperio Brasileño
Fecha Viernes, 24 Agosto, 2007
Tema Nacionales

El “modelo” Kirchnerista y el imperialismo brasileño. ¿Qué quedó de la independencia económica y la soberanía política?

Por Carlos Petroni

La política es economía concentrada. Cualquiera con deseos de desafiar esa definición de Marx podría echarle un nuevo vistazo a los acontecimientos de diciembre del 2001. El colapso financiero y la crisis económica se devoraron varios presidentes en una semana y pusieron en jaque durante meses a la transición Duhaldista y los comienzos del primer mandato Kirchnerista.

La economía argentina ha logrado una aparente y relativa mejoría, pero los partidos políticos todavía yacen inermes en el campo de batalla de la crisis revolucionaria del 2001 y la reciente caída de las bolsas a nivel mundial, con graves repercusiones en nuestro país, debe servirnos para relativizar aun mas el optimismo de los que insisten en una “mejoría” permanente de un enfermo estructural.

A la candidata presidencial del Kirchnerismo, Cristina Fernández de Kirchner, le gusta repetir hace anos que este, el que practica el gobierno de su marido del cual es parte, es “un modelo de acumulación capitalista”. Últimamente le ha agregado, para su propia campana presidencial, “un modelo de acumulación con inclusión social”.

Esto parecería ser una continuación de la famosa frase del ex Presidente Duhalde que anuncio que el modelo del Menemismo estaba “agotado” y se embarco en definiciones, que no pasaron de allí, del tipo desarrollista. La realidad, sin embargo, es que el tal modelo de Cristina no existe. Como no existió el de Duhalde o el del actual presidente. O podríamos decir con mayor precisión, que en todo caso es un modelo parasitario de otros modelos existentes.

La economía argentina y sus avatares puede solo ser explicada a nivel internacional y, más precisamente, Latinoamericano. El “modelo” Kirchnerista puede desentrañarse solo observando la relación que mantiene con los modelos reales existentes en el continente, no por las frases hechas de quienes lo presentan en sociedad como un fenómeno “nacional”. Existen cuatro de esos modelos y es necesario ubicar la relación de nuestro país con ellos para explicar el carácter parasitario y de extrema fragilidad y dependencia de nuestra economía. En este articulo nos centraremos en la relacion entre la economia Argentina y el imperialismo Brasilero.

El modelo imperialista e inter imperialista del Brasil

Brasil esta hace décadas embarcado en una expansión imperialista. Basado en un desarrollo industrial combinando inversiones, propias y la de otros países imperialistas que lo han privilegiado, ha logrado el mas alto desarrollo en ese campo del continente. Las industrias automotrices, metalúrgicas, de armas y tecnología militar, hidrocarburos y energía, agropecuarias y manufactureras, textiles y alimenticias, construcción, naviera y aeronáutica, biocombustibles y otras ramas han posicionado al Brasil no solo como el mayor productor industrial del continente sino en un exportador de bienes con valor agregado con el que solo compiten las otras potencias emergentes: China, de mucho mayor volumen, India y la cuenca del Pacifico.

A su vez Brasil ha superado ampliamente a China en la internacionalización de industrias como los hidrocarburos y en la exportación de capital financiero, aunque en términos generales su economía no haya aun logrado la globalización de los productos chinos.

Brasil es ya un elefante que esta apoderándose de grandes porciones de los mercados e infraestructura productiva de países como Argentina, Paraguay, Venezuela, Uruguay, Bolivia, Perú y una docena más de países en tres continentes. En su desarrollo ha sido apuntalado por inversiones norteamericanas, sobretodo en décadas anteriores, y ahora en forma creciente por las europeas. Al mismo tiempo, su capacidad adquisitiva le ha permitido a capitales brasileños adquirir compañías de primer orden en Estados Unidos y Europa.

De acuerdo a un informe del boletín del SECOM (producido por la Embajada de Brasil en la Argentina),[1] “Brasil es el cuarto entre los países en desarrollo que más invierten en el mundo, superado solamente por China, Singapur y Taiwán. De acuerdo con el Banco Central de Brasil, el stock de Inversión Directa en el Exterior (IDE) del País alcanzaba, en setiembre de 2005, la cifra de US$ 71,5 mil millones. Por IDE se entiende como el dinero aplicado por las empresas brasileñas en otros países en operaciones productivas – fábricas, centros de logística y de distribución, franquicias, agencias bancarias, plantaciones, canteros de obras e ingeniería, entre otras actividades. Se estima que ese valor aumente hasta US$ 80 mil millones aproximadamente, para el próximo informe del Banco Central sobre el tema, agendado para las próximas semanas.”

De esas inversiones, el MERCOSUR, y particularmente la Argentina, son un aspecto fundamental.

El proyecto brasileño de biocombustibles que ya reclama para si la posibilidad de convertir al mayor país del continente en una Arabia Saudita del etanol, cuenta con que el posee varias generaciones tecnológicas de ventaja sobre el resto de sus competidores. Sumado a esto, ni Estados Unidos ni Europa pueden competir con la extensión territorial del Brasil para convertirse en el granero del nuevo combustible ni sus legislaciones les permitirían asolar sus graneros con prospectos industriales impunemente como sucede en Brasil.

A ello se suma la consolidación de su banca de desarrollo que figura entre una de la primeras del globo y que le adjudican un papel de primera línea en el futuro inmediato del capital financiero exportable.

Nadie duda que Brasil, de la mano de Lula, intente dirigir sin mediaciones el MERCOSUR como uno de sus resortes y que su posición a la vez imperialista y de socio fuerte de los imperialismos norteamericano y europeo en el área le va otorgando la hegemonía regional.

Lula, la burguesía brasileña y sus Fuerzas Armadas, las mas poderosas y mejor armadas del continente y con un grado de coherencia, injerencia industrial y cuadros que la coloca entre las primeras del mundo (y las mencionamos tanto como baluarte de la alta burguesía brasileña como también el arbitro de la política nacional) no han vacilado en utilizar esta nueva posición.

Dirigen la ocupación militar de Haití, envían tropas a otros países de acuerdo a las necesidades del imperialismo global, ejercen presión sobre los regimenes mas populistas como el de Chávez o el de Morales, exigen a los demás en la región actuar como bloque pero tiene iniciativas bilaterales con decenas de países fuera del MERCOSUR y son el único país de Latinoamérica con el que los norteamericanos y europeos se sientan a negociar todo, desde los acuerdos económicos hasta la geopolítica del mundo, considerándolo ya como un socio del club exclusivo de los poderosos de la tierra.

Solo falta que Brasil obtenga puestos permanentes en el Consejo de Seguridad de la ONU y en las reuniones del G8, ambos en trámites diplomáticos y al alcance de la mano en el futuro inmediato.

¿Cómo se relaciona la economía argentina con este fenómeno brasilero?

La respuesta es simple. Financieramente esta supeditada a su vecino, políticamente toca de segundo violín en el MERCOSUR y económicamente es cada vez más dependiente de ella. Más y más, la economía industrial argentina, y aun la producción de su agro, son complementarias y dependientes de la brasileña.

Si Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz, Rodolfo Puiggros, Rodolfo Ortega Pena, Milciades Pena o Nahuel Moreno escribieran hoy día, y a pesar de sus diferencias ideológicas, pondrían el grito en el cielo en sus escritos sobre el ascendiente imperialista de Brasil sobre nuestro país y las tres cadenas echadas al cuello de nuestro dependiente país: las de Brasil, EEUU y Europa. Nuestro papel como semicolonia se la disputan los tres, pero de la izquierda y el nacionalismo solo escuchamos un poco sobre EEUU, algo de Europa y nada del Brasil.

Desde la izquierda marxista, o del nacionalismo argentino, ni siquiera lo han advertido al de Brasil imperialista como un fenómeno nuevo. Junto a la izquierda brasilera consideran la cuestión como una ridiculez o una perdida de tiempo o como inexistente. Claro esta, el nacionalismo brasilero, que nunca estuvo totalmente desligado de las pretensiones imperiales, se desarrolla, convirtiéndose en el nacionalismo de una nación opresora, es decir, reaccionario.

La mayoría de la izquierda en Brasil y Argentina siguen considerando a nuestros poderosos vecinos como una semicolonia, es decir en un pie de igualdad con la Argentina, Paraguay, Uruguay o Bolivia. En algunos casos obvios, como en el de la invasión de Haití por fuerzas del imperialismo comandadas por ele Estado Mayor brasileño, la mayoría de la izquierda de ese país se limita a criticar, sin una dosis de ingenuidad, el carácter de “agente” del imperialismo norteamericano de las tropas brasileñas.

La compra por parte de capitales brasileros de empresas insignias argentinas como Alpargatas, Fortabat (Loma Negra) o la Cervecería Quilmes no son sino un detalle simbólico de la poderosa penetración imperial del Brasil en nuestro país por esfuerzo propio o como parte de negociaciones inter-imperialistas con capitales norteamericanos y europeos, aliados del Brasil.

Encabezadas por Petrobrás, los poderosos Grupo Gerdau (que domina el acero en rollos en Brasil entre otras cosas) y el Grupo Votorantim, el mayor conglomerado diversificado industrial del país vecino y que adquirió cementeras en EEUU y deglutió a la poderosa cementera mexicana Cemex, así como el titán cervecero AmBev, la Companhia Siderurgica Nacional, el poderoso grupo de ingeniería Odebrecht (que posee operaciones en 18 países)[2], mas de cincuenta grupos económicos y grandes empresas de Brasil adquirieron otras grandes empresas argentinas para comenzar un dominio de ramas de la producción a través de esas compras de lideres en sus áreas como Pecom, Loma Negra, y Swift y solo en la rama metalúrgica con la compra sucesiva de Acindar, Sipsa, Sipar, Siderar…

Petrobrás controla ya el 15% del mercado de combustible para automóviles de Argentina y el 8% de los aceites y espera duplicarlo en la próxima década. Además, el gigante brasilero controla ya la mayoría de las acciones de las transportadoras de energía eléctrica Transener, Transba, Distrilec, Citelec, Enecor y de la distribuidora Edesur. El grupo Carmargo Correa controla el mercado del cemento en el país y Praxair el de oxigeno medicinal. Automóviles, carrocerías para transporte de pasajeros y cargas, vagones para ferrocarriles, la industria del acero, textiles, calzado, construcciones aéreas y marítimas, explotación del turismo, hotelera, pesca, fabricas de envases, repuestos automotores, mensajerias y correos, producción de energía, prácticamente no hay área económica de importancia en la Argentina donde los capitales brasileros no estén interviniendo en forma agresiva, en algunos casos dominándolas.

La “colaboración” imperialista brasileña a la economía Argentina quedo ampliamente demostrada en la reciente crisis energética que sacudió a nuestro país, cuando Brasil acepto revertir el transporte de hidrocarburos que se exportaban a través de sus ramales de distribución hacia el exterior del país, acudiendo con reservas de los mismos en apoyo a la creciente demanda de energía en la Argentina debido a la ola de frío polar que afecto al país.

Solo que lo hizo triplicando el costo de la energía que suministraba a nuestro país. Sabemos ahora que podemos esperar en futuras contingencias. El gobierno de Lula es el más firme defensor de los intereses de su capitalismo y el imperialismo brasileño será implacable ante las necesidades de los países del Cono Sur.

Según Página 12 [3] “La empresas América latina Logística controla los ramales de carga San Martín (Cuyo) y Urquiza (Mesopotamia). Por otra parte, la llegada de Vale Do Rio Doce, con su filial local DoceNave, ya acapara el 22 por ciento del comercio marítimo que hay entre ambos países. Además, el grupo Odebrecht, especializado en construcción e ingeniería, posee la licitación de los peajes de Autopistas del Oeste y piensa continuar en la Argentina compitiendo para construir obra pública.”

“El caso más reciente de concentración en un rubro es el de Quilmes, donde ahora el grupo AmBev maneja el 80 por ciento del mercado local de cervezas. También en el sector alimentos, con la compra de Swift por 200 millones de dólares, el grupo Friboi se quedó con el principal exportador de carne de la Argentina, responsable del 68 por ciento de las carnes enlatadas y el 56 por ciento de las carnes cocidas que van al exterior”.

“En el área textil, aunque arribaron tres empresas importantes (Textil Santista, Coteminas y Paquetá) el desembarco de esos capitales se explica en establecer pequeñas plantas para producir aquí lo que no se puede importar por las trabas presentadas por la Argentina en el MERCOSUR. Sin embargo, lentamente los empresarios nacionales del sector están comenzando a sospechar de la estrategia de sus pares brasileños. Las últimas semanas, volvió el rumor de que la empresa tradicional Alpargatas sería vendida a Carmargo Correa.”

El rumor que se indica en la última frase del artículo se cumplió. Alpargatas es hoy brasileña. Embraco no solo controla el 25% del mercado mundial de compresores para la industria frigorífica sino que ha conquistado el 70% del consumo de esos productos en la Argentina. Y podríamos seguir citando ejemplos en una larguisima lista.

Baste decir que las empresas brasileñas habían invertido en la Argentina mas de 8.000 millones de dólares hasta el 2002, han sobrepasado los 15.000 millones en 2006 (De Vido calcula 21.000 millones en el ultimo ano) y se estima que esas inversiones llegaran a los 40.000 millones para el 2010. En 1994, unas 200 empresas de origen brasileño o con gran porcentaje de capital de ese país o de capitales mixtos brasileños-EEUU o brasileños-europeos formaron en la Argentina el Grupo Brasil, para hacer de lobistas e interlocutores oficiosos ante los sucesivos gobiernos.

Dentro de las empresas que forman parte del Grupo Brasil se encuentran Banco Bradesco, Banco do Brasil, Banco Itaú, Banco Velox, Brahma, Cilbras, CABI, Cotia Trading, Deloitte & Touche, DHL, Editorial Perfil, Embratel, General Motors, Grafa, Ipiranga, KPMG, MarcoPolo Corporacao, Natura, Petrobras, Pluma, Rasa, Rhodia, Sadia, Spettus, TAM, Varig y Volvo.[4]

Los objetivos primordiales de la entidad son apoyar el desembarco de las empresas brasileñas en la Argentina, actuar de interlocutor y agente de esas empresas ante las autoridades, entidades y compañías argentinas que, se aseguran, dicen, simplemente levantando el teléfono. La Embajada de Brasil en Buenos Aires les sirve de oficinas oficiosas y el Palácio Itamaraty de agente de relaciones publicas.

Detrás de los poderosos, vienen los extraordinariamente fuertes. En la lista de interesados en invadir el mercado Argentino ya figuran desde cadenas de comida china, como China In Box, hasta panaderías (Casa do Pao de Queijo) y perfumerías (Agua de Cheiro).[5] Las grandes corporaciones de calzados y textiles ya han desembarcado y controlan una parte importante del mercado de nuestro país.

La relación del “modelo” Kirchnerista con la penetración imperialista brasileña

Desde octubre del ano pasado se habla de que el Ministro De Vido esta estableciendo acuerdos para inversiones de más de $2.500 millones de dólares del poderoso Banco Nacional de Desarrollo del Brasil (BNDES) para AySA (Aguas y Saneamiento) y la prolongación de líneas de subterráneo. Esto y las inversiones ya en marcha de los brasileros en gasoductos y en el rubro energía los dispone ya como uno de los principales, sino el más importante, inversor en obras publicas de la Argentina.

Esto pone en peligro de que caigan en manos extranjeras nuevamente, la recientemente renacionalizada AySA, la mayor distribuidora de aguas de la Pcia. de Buenos Aires y le abre el portal al capital brasileño para tener opción privilegiada en una nueva ola de privatizaciones que una crisis económica nacional desataría. Al escribir este artículo se estaban conociendo los anuncios oficiales de estas inversiones.

La política de Kirchner es incentivar esta desnacionalización de empresas nacionales a cambio de inversiones y de entregar los activos de obras publicas a los capitales brasileños para promover un “desarrollismo” esencialmente semicolonial a la sombra del cual aspiran, los cerebros del Presidente, crear empresas pequeñas, PYMES, que de la impresión de un resurgimiento del capitalismo nacional, cuando en realidad serian simples anexos de la inversión extranjera, en este caso brasileña, que se sumarian a las que ya existen a la sombra de los intereses de EEUU y Europa y, en menor grado, a los de China.

Otra compensación, aspiran los economistas Kirchneristas, es que esta penetración del capital brasileño produzca, aunque sea temporariamente, nuevos empleos aunque lo serian por debajo de los niveles salariales brasileros para justificar las inversiones de aquel país en el nuestro.

De eso se trata, precisamente, el “nuevo pacto social” al que se refiere la Senadora Kirchner, hoy candidata presidencial oficial. Un acuerdo entre sindicalistas y la patronal mayormente extranjera y particularmente brasileña, para mantener los salarios encorsetados en un nivel que permitan la optimización de la tasa de ganancias de las multinacionales para asegurar el “desarrollo” semicolonial.

El mantenimiento del dólar alto y la depreciación del peso van en el mismo sentido y ha sido una de las campanas de presión del Grupo Brasil.

Por otro lado, el gobierno del Brasil y el BNDES (que aunque de capital mixto, privado y extranjero y estatal se halla controlado políticamente y accionariamente por el gobierno) ha impuesto una serie de condiciones a las empresas de su país que se radican en la Argentina y a las imperialistas norteamericanas y europeas que les siguen, abriendo sucursales de sus empresas radicadas en Brasil en la Argentina.

A cambio de operar en el mercado de los prestamos y las garantías para prestamos en Europa en el caso de las firmas brasileñas y de mantener los ritmos de producción y de aseguramiento del mercado interno brasileño y las exportaciones a otros mercados a las empresas imperialistas radicadas en su territorio, el gobierno de Lula ha acordado que todas esas expansiones en Argentina (pero también en Paraguay y Uruguay) tienen un carácter de “suplementarias” a la producción brasileña, como extensión de la misma.

Es decir, existen convenios entre las grandes fabricas de automotores norteamericanas y europeas y el gobierno del Brasil, por ejemplo, que, si una retracción cíclica del mercado brasileño y mundial obliga a la reducción de la producción de esta rama, las primeras fabricas a cerrar serian las de Argentina, esas que Kirchner acaba de anunciar como nuevas inversiones en el país. Este tipo de convenios proteccionistas existen también con casi todas las empresas de origen brasileño con inversiones en nuestro país en muchas de las ramas de inversión.

Un resfrío en la economía brasileña se transformaría entonces en una pulmonía para la Argentina. Una muestra de ello durante la crisis rectificadora de los mercados bursátiles por las quiebras inmobiliarias y el default de los créditos de alto riesgo en EEUU. La bolsa de Argentina fue una de las más afectadas como consecuencia que, además del cimbronazo que repercutió internacionalmente, tuvo que hacerse cargo de una parte de la devaluación de las empresas brasileñas y norteamericanas que ocurrieron como consecuencia de este ajuste.

La fragilidad económica y política de Argentina no amedrenta a los inversores brasileños. Tanto el Banco do Brasil como el BNDES alegan que los contratos de las compañías de su país y de las filiales de compañías imperialistas con residencia en Brasil que invierten en la Argentina son seguros y garantidos por el Banco Central de la Republica Argentina (BCRA). Son los llamados CCRs (Convenios de Crédito Recíproco), una especie de fondo de compensación que proporciona la garantía de los contratos.

Si alguien se preguntaba en que se utilizarían las reservas que tan meticulosamente ha ido construyendo Kirchner y acumuladas en el Banco Central, y que actualmente ascienden a 40.000 millones de dólares,[6] de acuerdo a uno de sus últimos informes, allí esta la respuesta: no es para blindar la economía nacional, sino las inversiones imperialistas, entre ellas fundamentalmente la brasileña, contra la próxima crisis cíclica del capitalismo… brasileño e internacional. Una retracción del mercado interno y de exportaciones de Brasil traería como consecuencia el cierre o suspensión de producción de plantas en nuestro país, y el subsiguiente desempleo, y también el vaciamiento de las reservas fiscales nacionales para suplir en parte las perdidas de capitales extranjeros.

Los acreedores son distintos y hablan diferentes idiomas, pero la esencia de los tratados del tipo Roca-Runciman están tan vigentes hoy día como lo estuvieron cuando éramos una semicolonia inglesa. Pero hoy no hay prácticamente voces que se levanten contra ellos.

Sin inmutarse por estos tropiezos, el canciller Argentino Jorge Taiana destacó que «la llegada de capitales brasileños a la Argentina alcanzó 20 por ciento de la inversión externa radicada en el país”.

El embajador brasileño MauroVieira afirmó que el comercio bilateral entre ambos países «será este año de 21.000 millones de dólares» de manera tal que «marcará por tercer año consecutivo un récord» de integración.[7]

Desde la devaluación, la balanza comercial ha favorecido año tras año a Brasil, pero en 2006, merced una serie de acuerdos entre los gobiernos de ambos países y el mayor crecimiento de la principal economía del MERCOSUR, la tendencia comenzó a revertirse, aunque permanece altamente favorable a Brasil y con un agravado: las exportaciones argentinas tienen poco valor agregado mientras las brasileñas son de alto valor agregado.

Taiana destacó que «en el último lustro el intercambio creció 170 por ciento» al pasar de 7400 millones de dólares a fines de 2002 a 20.000 millones de dólares en 2006.

En estos últimos días el gobierno de Kirchner anuncio también “un fuerte paquete de medidas para restringir la importación de bienes de consumo y de otros productos que se fabrican en el país y utilizan mano de obra intensiva”.

“Las limitaciones que se van a instrumentar apuntan a minimizar la competencia desleal (productos fabricados bajo subsidios, o vendidos a valores por debajo de los costos, por ejemplo) del exterior y a favorecer el desarrollo de la industria local.”

“Se trata de un conjunto de medidas aduaneras que el presidente Néstor Kirchner quiere aplicar para ratificar su alianza política con el sector fabril.”

“Las restricciones abarcan una amplia gama de bienes como textiles, calzados y juguetes. Y también intentan frenar la «invasión» de productos que ingresan al país provenientes de China. Entre otros, figuran marroquinería, neumáticos, bicicletas, informática y capelladas para calzado. ” El Gobierno anunciaría hoy un fuerte paquete de medidas para restringir la importación de bienes de consumo y de otros productos que se fabrican en el país y utilizan mano de obra intensiva.” [8]

Lo que en teoría serian medidas proteccionistas para defender al capitalismo nacional, son en realidad medidas que beneficiarían fundamentalmente las inversiones brasileñas en la Argentina de las que China es su principal competidor, particularmente en bienes manufacturados. La triquinuela consiste en las empresas brasileñas en radicar filiales en la Argentina. A los créditos baratos y las garantías de inversión dadas por el BCRA, ahora se agregan medidas proteccionistas del propio gobierno de Kirchner en el marco de los acuerdos del MERCOSUR.

Claro esta que algunas Pymes y empresarios nacionales también se beneficiarían, pero el grueso de la protección es a las empresas de nuestro poderoso vecino o a las que este ha puesto sus ojos para comprar en el futuro inmediato y a las ya existentes en nuestro país propiedad de capitales norteamericanos o europeos.

El sometimiento político del Kirchnerismo a la dominación imperial brasileña, su debilidad ante el bloque de MERCOSUR

Como se vera, las concesiones al imperialismo brasileño en el campo económico son inmensas y se asimilan en su márgenes de ganancias y garantías a las viejas formas de la penetración imperial del Siglo XIX y principios del Siglo XX. La sumisión política no es más que la consecuencia lógica de la sumisión económica. Lejos han quedado para el peronista Kirchner las consignas de soberanía e independencia nacional.

No es que quiera y no es que no busque la forma de resistirlo. En toda negociación e intercambio comercial entre dos partes, el tironeo, es decir el regateo en este caso, existe de forma natural. Solo hay que ver quien tiene la carta bajo la manga y quien blufea. Lo que marca la dinámica de la relación económica son las relaciones de fuerza. La genuflexión política es la continuación lógica de la entrega económica, aunque se finja que se hace a disgusto.

Kirchner es la bisagra de Lula y la burguesía brasileña para encarrilar a los mas díscolos del MERCOSUR como Chávez o mediar con Evo Morales, a veces permitiéndoles, como en el acto contra Bush de Ferro o en la Cumbre de Mar del Plata, algunos desafueros o exigiéndole mesura como en la relación de Chávez con Brasil o corrección de excentricidades como en el caso del maletín de los $800.000 dólares del misterioso Wilson en Ezeiza.

Esta descontado que el Kirchnerismo especula también en utilizar a Evo, el comandante venezolano y aun a México como contrapeso en sus negociaciones con Brasil.

¿Cuál es el problema de esta “estrategia”? Que no es tal y ni siquiera tiene un optimizador práctico. La Argentina tiene poco que ofrecerles a México, Venezuela o Bolivia. En el caso de Venezuela y Bolivia, Kirchner ha tratado de impulsar el plan del Gasoducto del Sur con el boicot de Brasil. Brasil ha bloqueado por el momento el ingreso de Venezuela al MERCOSUR – y ha echado un balde agua fria sobre el mentado gasoducto — y el de Bolivia esta en veremos, así que la Argentina, en términos de votos esta en minoría frente a Brasil que dirige la política de Paraguay y Uruguay, esta ultima a la vez enfrentada a la Argentina por las pasteras sobre el Rio Uruguay.

Venezuela esta inmersa en una estrategia de crear una burguesía nacional a la sombra de la explotación de sus grandes reservas de petróleo y gas. Contrariamente a lo dicho la mayor parte del tiempo públicamente, el actual conflicto entre Brasil y Venezuela no esta dado por las opiniones del Senado del primero sobre la cancelación de la licencia a la televisora RCTV de la última.

“Defenderé a los empresarios venezolanos” ha dicho Chávez refiriéndose a los intentos de Brasil por demoler las barreras aduaneras y el proteccionismo venezolanos como condición previa a su admisión como miembro pleno al MERCOSUR. Brasil quiere evitar a toda costa el fortalecimiento de una burguesía industrial y manufacturera en la tierra de Bolívar que pueda eventualmente competir con las suyas no solo en el mercado venezolano sino en el regional.

En esta tarea de debilitar la creación de una burguesía venezolana nueva y con petrodólares, Brasil cuenta con la colaboración política de EEUU (que se cuida muy bien sin embargo de proteger el 15% de sus insumos petroleros que provienen del país de Chávez) y la propia oligarquía llanera que se opone tanto a la rotura de la dependencia imperial como al desarrollo industrial de la ciudad y el campo en Venezuela.

Kirchner ha tratado de sacar partido de este enfrentamiento, por un lado apoyando el proyecto del gasoducto chavista, obteniendo del gobierno del comandante prestamos para suplantar los que pago al FMI y aplicando planes de salvamento como los $100 millones de dólares de Chávez para salvar a Sancor y pidiendo tibiamente que el parlamento brasileño vote finalmente la aceptación de Venezuela como socio del MERCOSUR. Al mismo tiempo, Argentina tiene un capital residual en tecnología que viene de su pasado y el “know how” sobre explotación agraria que le esta transfiriendo a Venezuela. Dicho sea de paso, con la entusiasta colaboración de los reyes de la soja y algunos duenos de importantes establecimientos ganaderos.

Es decir, en su debilidad, Argentina no solo paga intereses del mercado financiero internacional por los préstamos de Venezuela sino que también ha aceptado la transferencia de tecnología que le es importante a Venezuela. Entre esta ultima figuran trabajos técnicos sobre ganadería y soja realizados por el INTA (incluyendo la introducción de especimenes de ganado desde Argentina) y recursos industriales del INTI, además de algún proyecto de turbinas nucleares para el Orinoco para salvaguardar, como lo hace Irán, las reservas de hidrocarburos para la exportación.

Esta puja entre Venezuela y Brasil no puede sino resolverse a favor de este último si se la limita al plano económico-industrial-financiero. Por eso Venezuela, el gobierno de Chávez para ser mas preciso, se ha embarcado en una estrategia armamentista. Es poco creíble el argumento del gobierno Chavista que esto se hace para “protegerse de eventuales ataques del imperialismo norteamericano”. Simplemente esa amenaza no esta en el juego geopolítico de Washington en esta etapa.

La utilización de reservas petroleras para armar hasta los dientes a las Fuerzas Armadas venezolanas responde más a la necesidad de Chávez de sobornar a la oficialidad de su país para evitar un nuevo golpe de estado como en el 2002. Aumentos de salarios, compra de equipo naval y aeronáutico de Europa, Rusia, y si, brasileño, responde a esta estrategia. El gobierno de Chávez intenta así restarle poder de fuego a la oposición de derecha en su país – y base de apoyo tanto del imperialismo norteamericano como brasileño – sacando del medio a las FFAA, como intenta deshacerse de su izquierda que presiona por una vía independiente y pro obrera del proceso bolivariano a través de la estrategia del “partido único”, el maniatamiento de la UNT y demás centrales sindicales y la política de re-elección permanente.

No es una estrategia ni nueva ni original. Digamos que es la versión petrolera del Peronismo del primer mandato o del Cardenismo mexicano de los 30 – una nacionalismo burgués también basado en los hidrocarburos. Chávez sabe que fortaleciéndose políticamente es la única forma de resistir las presiones económicas de Brasil.

Subyace también otro enfrentamiento brutal entre Venezuela y Brasil, y eventualmente EEUU y Europa: los biocombustibles de los que Brasil es la vanguardia a nivel mundial.

Venezuela, junto a Cuba, ha encabezado la oposición a ellos. Esencialmente porque el desarrollo masivo de los biocombustibles erosionaría la base material del desarrollismo venezolano y las perspectivas de un desarrollismo a la cubana proveniente del descubrimiento de importantísimas reservas de crudo y gas en la plataforma marina cubana que le proporcionaría un respiro económico a la isla que hoy el turismo, su única locomotora, no puede garantizarle.

Por supuesto Chávez y Fidel, que han establecido una alianza casi estratégica, hablan de problemas de extinción de alimentos y la degradación de tierras cultivables para alimentar un monstruoso aparato de creación de biocombustibles.

Levantan el peligro real de que los granos, el azúcar y otras materias primas del biocombustible subirían de precios aceleradamente y dejarían de estar al alcance de una población mundial cada día más hambrienta. Bajo el dominio del capitalismo, y en este caso del imperialismo incluido el Brasil, los biocombustibles podrían originar hambrunas y la degradación de tierras fértiles hasta convertirlas en paramos estériles.

Baste recordar como una de las zonas mas fértiles de Brasil en el Noreste fue destruida por la súper explotación de la cana de azúcar en la región en los Siglos XIX y XX. Ese no fue sino un pálido adelanto de lo que una producción agraria no sustentable en grados extremos de explotación puede acarrear para una región.

Esta, sin embargo, aunque sea el razonamiento popular, no es la causa central de la preocupación venezolana y la cubana, sino el desequilibrio en el precio del barril de crudo que podría provocar una infusión de biocombustibles masiva en la economía mundial.

Se puede objetar, y lo hacemos, la estrategia del chavismo sobre una base histórica: la época del surgimiento de nuevas burguesías nacionales “progresistas” se acabaron con el inicio del comienzo de la agonía mortal del capitalismo a escala global, sobre todo si se basa en la burocracia estatal y las FFAA y la regimentación política del movimiento obrero como lo intenta el chavismo. Pero no se puede negar que es un modelo con una base material y un objetivo, utópico, pero concreto.

¿A que le juega el Kirchnerismo en todo esto? La política exterior no es más que la extensión de la política interna, suele afirmarse. En este caso no puede ser más acertado. La extensión de la política interna al plano internacional llama por la conciliación entre los modelos de Brasil y Venezuela y la complacencia de los otros patrones nacionales, EEUU y Europa. No hace falta mucha atención para constatarla.

Mientras con Chávez y Venezuela intenta un juego de “toma y daca”, finanzas y energía a cambio de tecnología agraria, industrial y nuclear, Brasil le impone a la Argentina el intercambio con enormes ventajas a su favor.

Donde PDVSA y el gobierno de Chávez se llevan los intereses, el gobierno de Kirchner y la Argentina reciben financiación a precio de plaza. La transferencia de tecnología argentina es de corto aliento, los negocios de Venezuela con Argentina son a largo plazo. Pero en el intercambio con Brasil, Argentina entrega materias primas, productos semi elaborados e importa, con multimillonario de su balanza de pagos, manufacturas, productos industriales, automóviles, energía y una diversidad enorme mas de productos.

Kirchner aprueba las tropas a Haití bajo el comando de Brasil, acepta las cláusulas leoninas en su relación con el gobierno de Lula, modifica la legislación nacional para beneficiar empresas de aquel país y apoya sin demasiado embagues la política exterior de Brasil en la ONU y en la OEA. Y le sirve a Brasil como segundo violín en su apriete a Venezuela y Bolivia, sirviendo como intermediario sin poder.

Estando hipotecadas desde los 90 todas las reservas de hidrocarburos del país, realizadas por la privatización de YPF por Menem con el apoyo del entonces gobernador Kirchner, la Argentina ni siquiera tiene elementos para la negociación con uno de los países más pobres del continente, Bolivia.

El gobierno de Evo Morales se ha propuesto incrementar la participación del estado boliviano en la explotación de sus importantes reservas de gas en forma gradual y el desarrollo de lo que llama “un capitalismo andino” basado en micro emprendimientos y una limitada reforma agraria. Como parte de ese proyecto decidió incrementar los precios “solidarios” que Brasil cobraba por sus exportaciones de gas, entre otros, a Brasil y la Argentina. Un reclamo, este ultimo, de toda justicia. Brasil y la Argentina habían logrado con los gobiernos anteriores de Bolivia precios irrisorios y muy por debajo de los precios internacionales. Tan bajos que la Argentina recibía gas de Bolivia y procedía a exportar parte de el con una ganancia sustancial a Chile.

Brasil se opuso firmemente y obligo a la Argentina a secundarlo en sus negociaciones con Bolivia. Chávez también fue traído a la mesa de negociaciones como intermediario y el resultado fue que Bolivia pudo aumentar su precio, pero no al nivel que lo requieren los mercados internacionales y su propio desarrollo económico futuro. Brasil incluso obligo a Bolivia a darle un precio que, tomado en cuenta el transporte del estos hidrocarburos es menor al precio que acordó la Argentina.

Brasil, en esa instancia, logro alinear a nuestro país tras sus intereses e incluso a Venezuela contra la paupérrima Bolivia. ¿Qué nombre lleva semejante política de Lula y su gobierno y cual la de gobiernos que, como el de Kirchner, colaboran con ella?


Notas

1 http://www.secomnews.com.ar/diciembre2006/index.php?id=2

2 Ver articulo “Las empresas brasileñas acrecientan sus inversiones en el mercado global.”

3 Ver articulo “Brasilgentina”

4 Ver articulo “Brasil-Argentina, tiempo de unidad”

5 Ver articulo “Firmas brasileñas lanzan franquicias” =

6 Ver Diario Clarin del 22 de mayo del 2007

7 Ver articulo de La nación

8 Ver articulo de Clarin, 17 de agosto de 2007 ■


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• ¿Hacia donde vas Pino? ¿Hacia adonde Proyecto Sur?

In Articulos publicados en Izquierda Punto Info on 29 mayo, 2011 at 13:24

¿Hacia donde vas Pino? ¿Hacia adonde Proyecto Sur?
Fecha Viernes, 20 Mayo 2011
Tema Nacionales

¿Hacia donde vas Pino? ¿Hacia adonde Proyecto Sur?

Por Carlos Petroni

En este proceso electoral que se avecina un sector significativo del movimiento sindical, de la juventud y la intelectualidad se ha volcado a apoyar al Movimiento Proyecto Sur de Pino Solanas. Esto lo estan haciendo incorporandose al Partido Proyecto Sur o algunos de sus aliados en el Movimiento o Frente que impulsa. El impacto es tal que la formación tiene grandes posibilidades de ganar en la Ciudad de Buenos Aires y hacer grandes elecciones en otros distritos.

Mal llamado centroizquierda – en realidad este movimiento en marcha ocuparía el sitio de una socialdemocracia de izquierda o un nacionalismo progresista popular – las últimas propuestas frentistas de su referente más importante, Pino Solanas, buscando aliados para una coalición nacional a su derecha pero a la izquierda todavía del gobierno y la UCR, han causado muchas sorpresas y comentarios, no siempre favorables, entre sus partidarios.

¿Quienes son parte del frente de Pino?

Proyecto Sur y su frente, Movimiento Proyecto Sur, son un movimiento amplio, cargado de contradicciones, donde conviven por ejemplo ex Kirchneristas como Libres del Sur que solo se separaron de aquel por intereses de puestos y prebendas insatisfechas y el ninguneo Pejotista.

Libres del Sur, originado en el viejo Patria Libre y enraizado en el movimiento piquetero Barrios de Pie, fueron integrantes ad hoc del Frente para la Victoria, y luego se sumaron al filo kirchnerismo de Sabbatella en la Pcia de Buenos Aires de donde departieron cuando sus dirigentes sufrieron el postergamiento en el lugar de las listas de candidatos, como antes habían sido relegados en el FPV. Sus principales referentes son el ex guerrillero Tumini, el piquetero Ceballos y la actual Diputada Nacional Donda.

Tambien está en el frente con Solanas un pequeño sector socialdemócrata de izquierda representado por el PSA (Partido Socialista Autentico) que proviene históricamente de un desprendimiento de la vieja socialdemocracia y que no retaceó acuerdos con la UCR que le proveyó en aquellos años, un diputado como Simón Lazara. Es una pequeña organización que viene creciendo de manos de su actual dirigente, Mazzitelli.

A su izquierda esta el MST (Movimiento Socialista de los Trabajadores) que proviene de una escisión del viejo MAS y que actua en sindicatos y dirige un movimiento piquetero con las mismas siglas, MST, del partido. Su principal referente público es la ex legisladora Vilma Ripoll, aunque su figura “interna” de dirección es Alejandro Bodart que está tambien en la mesa nacional del frente Solanista.

Hasta cierto punto el PCR tambien esta embarcado en la tarea frentista, aunque este se encuentra abocado a obtener la personeria politica para el Partido del Pueblo y el Trabajo (PTP), su sigla electoral que usara, en algun momento para apoyar a Menem y que perdió en sus largos años abstencionistas desde entonces, antes de incorporarse a la Mesa de partidos que componen el frente.

Su Corriente Combativa y Clasista (CCC) actua en dos vertienes, una sindical y otra piquetera y en general es reconocida en ambas como una de las más importante en numeros del país.

Esta el nucleo dirigente de la coalición con sectores nacionalistas como el propio Pino Solanas y Proyecto Sur. Aunque Pino Solanas de reivindica muchas veces como “Peronista de Perón y de Evita” no creemos que esta personalidad ideológica se haya trasvasado al conjunto de su partido. Aunque existe euna reivindicación profunda de la epoca populista distributiva del primer peronismo (1945-51).

Tambien está incluido en la coalición el economista de la CTA, Claudio Lozano. Y su Partido Buenos Aires para Todos de origen y desarrollo fundamentalmente municipal en la capital. Lozano es actualmente diputado. Se hablaba de él como candidato a Jefe de Gobierno en la Ciudad, pero al bajarse Pino Solanas de la candidatura presidencial, Lozano fue desplazado, tal vez a encabezar la lista de Diputados Nacionales.

Muchos dirigentes y activistas de la CTA (Central de Trabajadores Argentinos) están envueltos tambien como individuos en la coalición y todos ellos pertenecen a la fracción de la central que responde al actual secretario general de la misma, Michelli. Michelli viene de enfrentar en las elecciones internas de la CTA a un ala Yasky-Moyanista que intentaba sino destruir, al menos cooptar la central al apoyo al gobierno de CFK.

Recientemente, uno de los fundadores y máximo dirigente de la CTA conformó un partido para aglutinar esas voluntades dentro de la central que quieren intervenir en la política del Movimiento Proyecto Sur. El nombre de la organización es Unidad Popular y se integró al frente luego de romper, junto a Libres del Sur, con el sector Sabbatellista. Entre los miembros de Unidad Popular está la media docena de diputados que se escindieron del ARI de Carrió para formar, por un breve lapso Solidaridad e Igualdad (SI), luego integrada a UP.

Las propuestas programaticas de Sur

Entre los puntos programáticos de esta centro izquierda figuran la nacionalización de ferrocarriles, hidrocarburos, energía, la lucha contra la extranjerización de la economía, la persecución implacable de la corrupción y una serie de puntos mas que pueden incluirse en las demandas de una izquierda moderada tradicional, o socialdemócrata de izquierda.

Al mismo tiempo proponen romper con el bipartidismo del PJ-UCR y el “Nuevo Pacto de Olivos” que representa la Reforma Política que, entre otras cosas, amenaza con proscribir al FIT.

Son prácticamente el único movimiento y partido en las elecciones que desarrolla temas programáticos relacionados con el agua, los bosques y causas ecológicas en general con posiciones progresistas aunque al hacerlo no las han vinculado con la necesidad de la lucha frontal contra el capitalismo que amenaza el medio ambiente global. Han estado a la cabeza de protestas y manifestaciones contra la minería a cielo abierto y por la reconstrucción de los ferrocarriles.

En general, la mayoría de estas fuerzas aglutinadas alrededor de Pino Solanas, reivindican las experiencias reformistas de Venezuela, Bolivia y Ecuador aunque con matices que van desde el apoyo irrestricto al apoyo crítico.

El insólito giro a su derecha de las nuevas propuestas frentistas

Pero es en las recientes propuestas de ampliar el frente de Solanas y mas concretamente con Luis Juez en Córdoba, con el PS (socialdemócratas de centro-derecha) en Capital y tal vez a nivel nacional, las que han levantado mas de un par de cejas en signo interrogativo.

Tambien le ha ofrecido Pino una extensión de su frente al GEN de Margarita Stolbizer, un desprendimiento original de la UCR que luego abrevó durante un tiempo en el ARI/CC de Lilita Carrió y que actualmente, menos DeNarváez, interpreta al partido de Alfonsin como un candidato al “progresismo”. ¿Habrá leído Stolbizer que Alfonsín ya cerró un acuerdo con partidos de centroderecha y derecha, nucleados en una confederación de los mismos, que incluye partidos de ese signo de Mendoza, Córdoba y otras provincias?

Luis Juez, que cuenta entre sus altos consejeros a miembros de fundaciones ligadas a los empresarios del campo, que se pronuncia por un programa desarrollista burgués para su provincia, intenta en alianza entre su partido, el PS y algunos sectores de la UCR ofrecer una alternativa “moderna” al capitalismo mediterráneo y a las potenciales inversiones extranjeras que promueve. Desde hace un tiempo corteja a Solanas y ha establecido un acuerdo político con él en su provincia.

Eso bajo el manto de oponerse a la candidatura de derecha de De La Sota por el PJ o algún sector disidente, aunque marginal, del Kirchnerismo provincial. Luis Juez tiene su propio partido provincial y conforma una alianza de larga data con el Partido Socialista y un pequeño sector proveniente de la UCR. Juez, personalmente, proviene del peronismo.

Luis Juez ha declarado públicamente su oposición al bipartidismo PJ/UCR y eso parece ser el principio y el fin del documento de acuerdo con Solanas. Todo lo que se opone a ese bipartidismo, sin embargo, no milita en el progresismo o la izquierda o el nacionalismo popular.

El Partido Socialista expresa su programa nacional de social democracia de derecha en sus dos décadas de gobierno de la Ciudad de Rosario y su ahora gobierno provincial en Santa Fe (Binner).

Desde sus inicios como corriente universitaria de derecha (Movimiento Nacional Reformista) en alianza estratégica con la juventud de la UCR desde los 70 hasta su actual posición de poder en Rosario y Santa Fe, ha apoyado y gobernado para las grandes exportadoras de granos y aceite, convirtiendo por ejemplo a la Rosario industrial en una ciudad esencialmente de servicios.

Desde su pasado remoto como formación gorila y antiperonista a su presente de gobernar Santa Fe en alianza con la UCR, fueron miembros fundadores de la Alianza que llevó a De la Rua al poder y de haberle puesto el candidato a Vice presidente a Lilita Carrió en las últimas presidenciales, el PS no representa mas que la centro derecha con múltiples contradicciones con el declarado programa nacionalista e industrialista de Proyecto Sur.

El PS en Rosario no solo está asociado en su “Frente Progresista” a la UCR sino a partidos como la Democracia Progresista que colaboró activamente con la dictadura militar, algo que los militantes de Proyecto Sur rechazan categóricamente.

Pino Solanas amenaza desbarrancarse con una propuesta de frente al PS desde su programa que sus partidarios llaman “Emancipador”, desde la centro izquierda, hacia el centro o la centro derecha en la forma de estas alianzas con el PS y Luis Juez. Lo que mas perturba es la insistencia de Solanas en llevar como candidato a Presidente a Binner, que se convirtiría así en la imagen pública y nacional de la coalición.

Poco importa que, sopesando sus intereses particulares, el PS y Binner finalmente acuerden con Solanas o la UCR para su fórmula nacional. El solo hecho de considerar posible tal alianza y llamar a ella por parte de Pino Solanas es un reflejo a la derecha de sí mismo y su movimiento.

El hecho de que Binner públicamente no diferencie entre Proyecto Sur, que se reinvidica enemigo del bipartidismo, y la UCR con quien está formalmente aliado – y al que acaba de justificarle una alianza distrital con DeNarváez aunque poniendo reparos a nivel nacional es un indicativo claro de su orientación política.

Los tres factores que empujan a Pino hacia la conciliación

El primero es el ansia de obtener votos de Solanas que sobrepasaría el discurso político. Solanas quiere de verdad tener un impacto en números en el terreno electoral enfrentando al gobierno aunque eso sea a costa de desdibujar la imagen que tiene en el espectro social que lo acompaña.

El segundo es la influencia dentro de su coalición de grupos y dirigentes oportunistas, y por lo tanto pragmáticos, como los de Libres del Sur que adaptan su lenguaje de acuerdo a sus apetencias (recordemos, durante años fueron los mas “leales” Kirchneristas).

A ellos se suman otros dirigentes y corrientes que, estando en contra, mantienen un silencio conspicuo por temor a perder los votos que vienen atados a la figura de Pino. Despues de todo, este se halla ya en las encuestas como potencial disputante de la Jefatura de Gobierno en la Ciudad de Buenos Aires.

Y el tercero es que parte de la izquierda radicalizada, o revolucionaria, decidió en gran parte desentenderse e ignorar este fenómeno o atacarlo frontalmente desde un comienzo como al enemigo y competidor fundamental de su propio aparato. En lugar de ser parte del movimiento, tratar de influenciarlo y presionarlo, prefirió aislar a sus propios militantes de la influencia “reformista” del Movimiento y partido de Solanas.

Es justo decir que esa posición sectaria de parte de la izquierda con Solanas es correspondida por una posición sectaria del dirigente hacia esa izquierda. En lugar de apelar a sus nutridas columnas de militantes y a sus no despreciables caudales electorales, aunque pequeños, los ha ignorado. El sectarismo de unos ha alimentado la política del otro y viceversa.

Esta politica de Pino se ve agravada por el hecho de que es discutida solo “en la mesa chica” de su movimiento y frente mientras los militantes y activistas, y sus potenciales votantes se enteran de cada vuelta y contravuelta por los diarios. Todo parece ser operaciones de rosca y contraroscas, sin que quienes pegan los afiches y reparten los volantes tengan un canal para expresar sus posiciones.

Pino y su giro son tambien el resultado, como siempre, de poner el acento en dirigentes individuales en lugar de partidos; en acuerdos con una figura carismática en lugar de programas sólidos y en la promoción de las personalidades en lugar de las soluciones para los trabajadores y el pueblo. El tiempo, muy breve que queda para las definiciones, dirá si sus partidarios son capaces de resistir esta embestida contraria a sus intereses. ■

EEUU/Mexico: La venganza de Moctezuma

In Articulos Publicados en Revista de Izquierda Internacional on 29 mayo, 2011 at 13:18

LA VENGANZA DE MOCTEZUMA
De los Derechos de los Inmigrantes a la Liberación Nacional

Por Carlos Petroni

Revista de Izquierda Internacional – Nro1, Mayo 2011

“Por autodeterminación de las naciones se entiende su separación estatal de las colectividades de otra nación, se entiende la formación de un Estado nacional independiente.” – Lenin

En el ascenso de los imperios de la historia, sucumbieron a su yugo pueblos, nacionalidades y etnias. Fueron engrillados, “colonizados”, “civilizados” y “cuidados”, ante todo de sí mismos y sus “debilidades”, por los amos de turno.

Es una ley. No se puede dominar el mundo si no se le somete por la fuerza. Si no se apoderan de los mercados de otros, los músculos de sus trabajadores, la sangre para que se derrame en lugar de la propia en las guerras de conquista.

En la decadencia de los imperios comienzan inexorablemente las rebeliones y en sus caídas se labran su propia geografía los pueblos oprimidos. Se abren las cárceles de naciones, los seres hasta entonces invisibles se vuelcan a las calles, a las barricadas y encienden las hogueras de la liberación, de reconocerse en su propia tierra, reviviendo sus culturas y desarrollando su orgullo.

Cincuenta millones de latinos en los EEUU, entre ellos una inmensa mayoría de mexicanos y sus hermanos de la historia, los centroamericanos y sus primos sudamericanos. Son los hijos, los herederos y los rehenes de la historia del despojo imperial norteamericano de las todavía jóvenes, inexpertas, débiles y semidespobladas naciones, pueblos, etnias y geografías del viejo México, del Sur todo.

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El imperio norteamericano se desarrolló con su movimiento arrasador desde el Atlántico hasta el Oeste, asesinando a los pueblos originarios, sepultándolos en reservaciones y arrebatando las tierras a México, comprando otras a Francia, negociando otras con España… Su “Destino Manifiesto” fue marcado a fuego y fue construido sobre una ideología donde la “inferioridad” de los conquistados, no se limitaba al color de su piel, sino al origen de su cultura.

“¡Recuerden el Álamo!” exclamaron en cientos de álamos para disfrazar de venganza los actos de piratería y encender las mechas de la masacre; adujeron “autodeterminación” para disfrazar la invasión de tierras ajenas para después reclamarlas en Texas y otros sus ahora estados… o simplemente, explotaron la fiebre del oro para robarse California a caballo de los cientos de miles de gambusinos que fueron a colar ríos y montañas.

EEUU creció de colonia a país, de allí a imperio colonial, más tarde a imperialismo hegemónico. Han sido ciento cincuenta años de Marines desembarcando “desde los salones de Moctezuma hasta las Playas de Trípoli”. A su antojo manejaron dictadores títeres en el continente que consideran su “patio trasero”, los campos, colonias, ciudades y países en la Primera y Segunda Guerra Mundial, Corea, Vietnam, Afganistán y como si la historia volviera en círculos, de nuevo a las playas de Trípoli…

Fueron ciento cincuenta años en que los vencidos de México, sus hijos y sus descendientes, sus parientes del resto de América y los pueblos originarios a quienes los hermana el haber compartido generosamente su territorio original, trataron, después de perder rebelión tras rebelión ante el ascenso imparable del imperialismo, asimilarse, buscar un lugar, conseguir algún grado de igualdad, que les permitiera vivir, trabajar, subsistir.

Fueron siempre rechazados, a veces con alguna concesión mínima. Ciento cincuenta años de ser suprimidos, discriminados, sepultados en los peores empleos, perseguidos por la Migra, negados en las estadísticas, muriendo en las guerras que no les eran propias. Desde la cacería a tiros de “greasers” hasta la matanza de pachucos en Los Angeles; desde la persecución con helicópteros en el desierto hasta las redadas de obreros en las fábricas… si uno estaba de acuerdo de hacerse matar en un desierto asesinando árabes todo lo que quedaba era un documento laminado que “legalizaba” el estatus migratorio…

Oleada tras oleada de inmigrantes finlandeses, alemanes, irlandeses fueron lenta y progresivamente incorporados, asimilados y apatriotados… inmigrantes sí, pero blancos, rubios, castaños y albinos, ojiazules, ojicastaños, ojiverdes, pero por sobre todas las cosas, venían de lejos, tan lejos que nada tenían que reclamar, nada que recuperar, sólo adaptarse, si era posible, sumisamente.

De ellos se aprendió sobre la lucha social, el anarquismo, el socialismo. También sabemos que fueron las víctimas de las redadas anticomunistas, las deportaciones, el macarthismo. Pero después de todo se logró asimilarlos, filtrando sistemáticamente a los rebeldes e inconformes.

Trajeron esclavos blancos, siervos en realidad, para colonizar forzadamente la América que hicieron propia a través del uso del hierro y el fuego de sus armas. Luego de pagado el precio, recibieron un jirón de tierra, una mula, un lugar entre los explotadores. Así, desaparecieron entre la multitud que luego marchó hacia el Oeste.

Luego fueron los esclavos negros del África, engrillados en barcos, famélicos del viaje, traumatizados por los látigos de la “civilización”. Tantos, tantísimos que algunas naciones de aquel continente no tienen más representación demográfica que sus descendientes en el continente americano.

Para ellos, no hubo justicia hasta que la arrebataron en grandes luchas por los derechos civiles y aún hoy, al costado de una pequeña clase media negra que a duras penas puebla algunas ciudades, permanece el símbolo del ghetho para que no olviden nunca que no llegarán a la plenitud, si es posible evitarlo. No hubo reparación por los latigazos y los ahorcamientos, las violaciones, la humillación y el despojo de todo, de todo menos de lo que no pudieron arrebatarles, el color de la piel.

Todos venían de lejos, como dijimos. Muchos ex-esclavos negros quisieron volver a África, algunos lo hicieron, crearon entre otras cosas Liberia para ser luego entregados a la barbarie que siglos de explotación imperialista produjeron en su continente y que encontraron como herencia de los europeos y norteamericanos a su regreso.

Los mexicanos, los centroamericanos, los sudamericanos son distintos. Están aquí pero están allá, a un paso, a través de bordes porosos, tienen una memoria de tierras que fueron de ellos, que caminaron sus ancestros y una incredulidad histórica de por qué no volver a aquellos tiempos, a aquellas posesiones. A poco de rascar en la conciencia de cualquier latino, particularmente un mexicano, surge la pregunta: “Si son nuestras tierras, ¿Por qué no podemos gobernarlas? ¿Por qué siguen sin ser nuestras?”

No se puede decir que los latinos, particularmente mexicanos y centroamericanos, no han luchado por integrarse. Exigieron, año tras año, más derechos democráticos como inmigrantes: amnistías para los indocumentados; participación en los sindicatos; cese de la persecución por la Migra en las fronteras; derecho al voto en elecciones locales, etc. Llegaron incluso a protagonizar en el 2006 un 1ro de Mayo de masas, agitando banderas, marchando por millones en todo el país. En cada ocasión, los conservadores en muchedumbre y los liberales tímidamente, les negaron cada exigencia, cada clamor, cada justicia…

Una y otra vez fueron rechazados, empujados hacia el ghetho o se les otorgaron concesiones tan magras que a renglón seguido trataron de arrebatarles. Cada vez que la crisis económica provocada por la clase dominante pone en el tapete las responsabilidades, una aceitada maquinaria de propaganda burguesa se encarga de convertirlos en chivos expiatorios.

No son las grandes financieras y bancos quienes hicieron explotar la burbuja de la especulación, fueron los “trabajadores ilegales que son una carga insostenible para el estado”; no son las estafas seriales y la irresponsabilidad inmobiliaria de la burguesía quienes deshicieron como una pompa de jabón la arquitectura, la construcción y la venta de propiedades, sino “aquellos que abusan de derechos que no les pertenecen”; no es el estado, los gobiernos, políticos del sistema y sus partidos demócrata y republicano quienes aceptan la transferencia de la producción a otros países en busca de salarios miserables la causa del desempleo creciente sino “aquellos que vienen a América a robar los trabajos de los americanos!”

Se miente y se miente, y se vuelve a mentir, no es la política del estado y los partidos dominantes los que arruinaron y malversaron Social Security: “los inmigrantes ilegales utilizan nuestros servicios de salud y protección social impidiendo que estos estén a disposición de los ciudadanos y residentes legales.”

Se tergiversan las cifras, se manipulan las estadísticas, se oculta que el 75% de los inmigrantes indocumentados pagan impuestos que no son retribuidos en servicios de ninguna clase. Se oculta aun más celosamente el hecho de que millones de “Social Security Numbers” colectan contribuciones de sus titulares que son incobrables en el tiempo y se utilizan para subsidiar el sistema en beneficio de quienes tienen documentos. Se vilipendia a esta comunidad de inmigrantes, populosa y masiva, que constituye la mayoría de la población en docenas de grandes ciudades, de mediano tamaño, pueblos y estados. Estos inmigrantes han creado una economía de consumo, trabajos, inversiones y cultura que mueve un estimado en cientos de miles de millones de dólares.

Que haya radios y canales de televisión (¡y cadenas de ellos!) con las mayores audiencias del país; diarios que se leen en cantidades superiores a la mayoría de las ediciones de aquellos en inglés; fábricas, talleres, restaurantes, cines, teatros, centros deportivos, asociaciones civiles, organizaciones no gubernamentales, centros culturales, escritores, dramaturgos, actores y actrices… en fin, han creado una República Latina en el seno del imperialismo pero la CIA sigue escribiendo documentos que dictan que “después del terrorismo, la inmigración ilegal es el mayor problema de seguridad interna.”

Ahora el imperio está cayendo. Su final está a la vista. Han perdido su hegemonía industrial, comercial y financiera y pronto la perderán en el terreno militar.

La República de los Latinos se alza entonces, cada día más, como una posibilidad real. Una salida. ¿Renunciar a la lucha por los derechos civiles y democráticos? De ninguna forma, sino redoblarlos con una perspectiva diferente. La de reconstituir sobre la conciencia nacional del pueblo latino un movimiento de liberación nacional.

Durante décadas los dirigentes de la comunidad les han pedido que confíen en las promesas de los demócratas o en las promesas que nos dijeron que hacían los demócratas pero que no existían. De paso hay que reemplazar a esos líderes. Era una cuestión de tener fe. Eso, se ha agotado. En la crisis existencial del imperio no existe solución para los propios (Wisconsin que se expande nos ha mostrado plenamente ello) y mucho menos entonces hay o habrá soluciones basados en la justicia e igualdad de aquellos que el sistema siempre ha despreciado… o temido.

Antes existía la perspectiva que los grandes acontecimientos de masas provenientes de México y Latinoamérica pudieran exacerbar las luchas latinas en este lado de la frontera. Hoy, atrapados entre el narcotráfico y la traición de las direcciones del Sur, los inmigrantes de este lado se levantan como la perspectiva no sólo de liberarse a sí mismos sino de ser una llama que encienda la pradera hacia el Sur.

Para ello habrá que hacer lo que saben hacer: organizarse. Pero en lugar de disimular las demandas habrá que exponerlas a pleno. Construyendo direcciones sindicales y comunitarias que desafíen a las anteriores que hoy representan un freno insostenible. Creando la organización política dispuesta a sobrevivir la caída del imperio. ¡Cortando de raíz con el mismo!

Hay que confiar en las fuerzas propias y desde esa fortaleza apelar a los aliados potenciales. Marchar masivamente está bien, nos expone a los ojos de todos y levanta nuestras banderas, pero no es suficiente. La huelga, la movilización, la lucha en las calles, la utilización de las elecciones para dibujar nuestro perfil, la propaganda, la agitación, la educación… son todas armas que llevan a las barricadas de la liberación.

¿Se creará una reacción de derecha ante la pretensión de liberarse? Quienes preguntan esto ignoran que esa reacción, llámese fundamentalismo religioso de derecha, Tea Party o fascismo ha surgido y seguirá surgiendo, no tanto por lo que hagamos sino por cuánto se nos quiera someter. Ante ellos y con ellos no cabe sino el enfrentarlos cuando levanten su cabeza y proliferen el primer insulto.

¿Quién debe conducir? Los que trabajan y producen, los obreros del campo y la ciudad, los que tienen la fuerza de parar el lugar de trabajo, el pueblo, la ciudad, el estado y dirigir a todos los demás.

¿No hay aliados? Por supuesto que los hay. Los trabajadores blancos y negros que se decidan a luchar contra las burocracias sindicales y las derroten y contra la capitulación a los partidos del imperio, demócratas y republicanos. Los que rompan, son nuestros aliados potenciales. Los que permanezcan a su lado, son nuestros adversarios, aunque esperamos que se queden en esa categoría solo transitoriamente. No hay nada por ganar en la permanencia de nuestra opresión.

Una república de iguales, de trabajadores y oprimidos de este lado de la frontera que borre aquella y se una a la tarea y prosecución de un vasto movimiento continental que rompa todas las cadenas y evite caer, junto al imperialismo, al abismo. En ese sentido lo nuestro es internacional.

No existe ni debe existir la pretensión de someter a otros. Eso sólo sería repetir el ciclo, cambiando los factores y alimentando la próxima rebelión. Sino por el contrario, el objetivo de nuestra lucha debe ser la eliminación de todo prejuicio racial, étnico, de toda discriminación de toda índole, la supresión de la explotación de unos sobre otros, la plena democracia participativa de los trabajadores y el pueblo. El socialismo es la única tabla de salvación del pueblo, la clase, el mundo. No podría ser, no puede ser, de otra manera. ■

¡Bienvenidos a este mundo!

In Bitacora del Cronista on 10 mayo, 2011 at 17:23

Hola a todos. Este es mi blog personal. Aqui ire publicando mis obras de ficcion (novelas, cuentos cortos) y mis ensayos y articulos que considere mas importantes.

Desde ya, les agradezco la visita y espero se tomen su tiempo para hacer comentarios sobre lo que vaya publicando. Los espero a menudo ya que mi intencion es publicar bastante seguido.

Un abrazo para todos

Carlos Petroni